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martes, 10 de noviembre de 2015

Que Hacer Si No Hay Agradecimiento (Agradecimiento Una Habilidad Que En Estos Días Casi Es Un Don)

"Y que se puede hacer ..... la respuesta es nada." Dijo el señor PS ante un grupo de lideres contados serian alrededor de 5 , era lo que le llamamos un entrenamiento para avanzados y el señor PS sito el evangelio de este día , el de los leprosos , "imagínense a alguien rechazado , incomprendido ,juzgado , no valorado ni escuchado censurado por el simple hecho de tener una enfermedad, lo equivalente a hoy tener una ETS , pero en aquel tiempo tal vez la carga era 1000 veces mayor".

De imaginarlo me daba pavor y desconsuelo entonces dijo "De los 10 que salvo de todo ese sufrimiento solo regreso uno y era extranjero , si a el....... , el  que era hijo Dios , nuestro Dios , las personas no le agradecían , por que nosotros vamos a esperar , que nos den las gracias, creo que es mas inteligente poner la ecuación del otro lado".

Mi ser matemático no entendía esa Sabiduría y menos sabia como ponerla en practica...... "Lo importante es comprender que cuando se trata de agradecernos pocas personas lo harán , pero si nosotros agradecemos despertaremos la compresión , la fraternidad de los demás y tal vez como nuestro Señor Jesús ,que dio un elogio a este leproso, aun siendo extranjero , nuestros amigos lo harán ".

Entonces comprendí el sentido practico del agradecimiento , es que no lo debo de esperar , sino que debe de salir de mi , cuando lo entendí y practique fue mas fácil mi trato con mis amigos y con cualquier persona en general.

Evangelio según San Lucas 17,11-19. 
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. 
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia 
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!". 
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados. 
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta 
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. 
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? 
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?". 
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado". 


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